"¿Estás comiendo chocolate?"
"No, como se te ocurre..." Le respondo a T por teléfono intentando disimular el brownie que tengo atravesado en mi boca del modo más torpe posible.
"Salgamos hoy, voy con un grupo a un pub en Tobalaba. Anímate"
Me miro en el espejo y veo mi ropa llena de miguitas café y mis dientes cubiertos por esta deliciosa sustancia, entonces decido aceptar la invitación ante esta visión de sensualidad.
¿Será que el día de San Valentín me afectó un poco? Puede ser. Mis dardos apuntan a los cientos de globos rojos con forma de corazón que circulan por las calles, todas esas flores con que todos se pasean, las películas románticas que no dejan de pasar por la tv, la música melosa que te incita a cortarte las venas y las miles de parejas tomadas de la mano caminando por doquier.
Es como si cupido hubiese tenido un ataque de colon y defecó por todas partes amor y, como no bastó, vomitó más amor y te lo restregó en la cara. Gracias.
Quizás el problema no es este querubín, sino yo. Ok, reconozco que es un día sensible ya que jamás (sí, leyó bien) JAMÁS he logrado celebrar un día de San Valentín en pareja. Por vacaciones separados o porque estoy S I N G L E. Nunca he recibido ni un solo regalo en esta fecha (u otra!!!) de alguna pareja, a excepción de un porta retrato con la foto del tipo en cuestión, bastante egocéntrico en verdad, eso debió ser una alerta roja, una gargantilla con colgantes y uno que otro peluche (léase pelushe). De flores ni hablar, a lo más una flor plástica que venden en la calle (Sí, lo sé, es como la cadena de la decadencia) Creo que el regalo más curioso, fue un cupón donde me daban "Horas de amor", muy Sheldon Cooper, dentro de una caja gigante llena con miles de papeles de envoltorio. Sólo lo miré y me reí, era un regalo que lo representaba muy bien... no sé en qué pensaba.
Recuerdo que me levanté y tuve la mala idea de salir, y todo el universo me recordó mi status relacional.
"Deme 2 rolls por favor" - "¿Con 2 juegos de palitos?" - "No, 1" - "¿Sólo 1?" Sí, sólo 1"- "Rápido 2 rolls para la señorita, con un par de palitos, SÓLO 1. Deberá esperar de pie el pedido, como ve tienen preferencia las parejas en las mesas" Sin contar que me inyectaron algo muy parecido a vidrio molido y debí cojear por todo el mall con este dolor y mi paquete de sushi para uno.
¿Qué esperaban? Tenía que llegar a mi casa por una alta dosis de chocolate que elevara mi maltratada moral. Pienso en mi gurú, Nigella Lawson, y recuerdo su infartante receta que nunca falla y que sería capaz de subirle el ánimo a una novia plantada en el altar, tome nota:
- 225 gr de chocolate.
- 225 gr de mantequilla.
- 2 cucharaditas de esencia de vainilla.
- 200 gr de azúcar flor (o impalpable como le dicen algunos)
- 3 huevos batidos.
- 150 gr de almendra molida.
- 100 gr de nueces picadas.
Honestamente, como tengo un pequeño gran amor, omito siempre las almendras y las nueces así evito que se atore.
Prenda el horno a su máxima potencia (Al menos en el mío, Nigella recomienda a 170°c). En una olla a baño maría, derrita el chocolate con la mantequilla. Apague el fuego, y añada la vainilla y el azúcar, mezclándolos. Con una cuchara de palo intenta incorporar aire a la amalgama, así se enfriará más rápido y toma otra textura.
Bate los huevos y agrégalos junto con la almendra molida y las nueces troceadas (si es que quieres claro!!)
En un pyrex, distribuye la mezcla y llévala al horno por 30 minutos app. Tus brownies estarán listos cuando la cubierta esté compacta y la mezcla abajo viscosa. Prueben con un fósforo: si quiebra la cubierta y sale relativamente húmedo, voilà! Sólo córtelo a gusto, y déjelo enfriar un rato. Puede servirlo con helado de vainilla y hojitas o syrup de menta.
Volviendo al tema del pub, luego de 2 horas sentada con un dolor incesante en una de mis nalgas y escuchar las historias de cómo habían dejado a cada uno, de cuán felices eran ahora, que su vida en soltería era lo mejor que les podría haber ocurrido y pelambres varios de costumbres de los respectivos ex, miro a T y le digo:"Me voy, mi trasero necesita urgente estar solo". "Te llevo" - "No, gracias, voy a caminar sola. Gracias por la invitación".
Camino por la calle y pienso que a pesar de que no recibí regalos, ni flores, ni nada, tengo algo que no todos tienen y que todos ansían: alguien que me espera ansiosamente en mi casa. Y de eso se trata, todos necesitamos a nuestra familia, nuestros amigos, alguien a quien darle y recibir amor.
Alguien a quien cocinarle con amor y perderte en sus ojos con su sonrisa. No sólo tiene que ser una pareja, sólo tiene que ser amor.
Por fin me recuesto y descanso en mi cama, boca abajo por supuesto con las nalgas expuestas. Prendo la tele y suena Elvis con "Are you lonesome tonight?", me río, tomo uno de mis brownies y con la boca llena digo: "¡No!".